Pocos días antes de cumplir 90 años, la artista argentina Josefina Robirosa falleció en la Capital Federal, según confirmó María Torcello, heredera de su afición con la plástica. Nacida el 26 de mayo de 1932 en el seno de una familia acaudalada de San Isidro (nieta de Alvear por ascendencia materna), Robirosa estudió con Héctor Basaldúa y Elisabeth von Rendell; de su inicio en la línea de lo abstracto (como se vio en su primera muestra individual, en 1956, y como parte del colectivo “Siete pintores abstractos”), mutó a registros de la naturaleza, se sumó a la vanguardia del Instituto Di Tella y participó de la Bienal de San Pablo y en muchos salones en el exterior.
La vuelta a la democracia la tuvo como una de las exponentes del arte nacional en el mundo, y su obra integra numerosas colecciones privadas y públicas: hay trabajos suyos en el Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Cancillería, Museo Castagnino de Rosario, la Albright-Knox Art Gallery de Buffalo (Estados Unidos), Blanton Museum of Art, The University of Texas at Austin y JP Morgan Chase Art Collection.
Pero su creación también se puede apreciar en murales en edificios públicos, estaciones de subte de la Capital Federal, el shopping Galerías Pacífico y en la Estación Argentina del Metro en París.